miércoles, 31 de agosto de 2016

Lo que percibo en cada momento Soy Yo

                                                                                                                                            Octubre 2015

Cuando yo no estaba bien, Barcelona era una ciudad estresante.

Personas que van deprisa, que se atropellan, que se precipitan, que no me ven, que me hacen sentir pequeñita, insignificante, huérfana, solitaria... 

Barcelona, un laberinto en el que me perdía siempre. Yo me sentía como una cucaracha más de cualquier alcantarilla que se asoma sin saber lo que busca y corre un rato antes de volver a entrar en la cloaca. 

Barcelona olía a humo de tubo de escape. El centro de la ciudad era un gran hormiguero de personas, un gran escaparate comercial que más que sugerir, grita. Y un cúmulo de luces,  de ruido, de ratas voladoras, de tráfico y de edificios monstruosos que te miran mal... 

Me fui: Estoy harta de vivir aquí. Barcelona no me gusta. Es mejor el campo, es mejor un pueblo, es mejor otra ciudad, es mejor otro país... No es mi sitio.

Mentira.

Cuando yo estuve bien, Barcelona fue una ciudad maravillosa.

Personas de todas las razas que se mezclan y se adaptan. Siempre hay alguien con quien conectar, siempre hay algún sitio en el que encajar, SIEMPRE hay cultura por descubrir. 

Barcelona es mil posibilidades. Es para todos. Sus calles casi siempre soleadas ofrecen un espectáculo diferente cada día. Es un parque de atracciones en el que todo tiene cabida. Hay bosques ocultos, como paraísos, con lagos y música y malabaristas...

Barcelona huele a mar, y ahora yo soy un pajarillo que vuela hasta la orilla y se moja las patas unos instantes, antes de volver a echar a volar.

He vuelto para quedarme: Barcelona me gusta. No es peor que el campo, ni que un pueblo, ni que otra ciudad, ni que otro país. Es mi sitio.



 lo que percibo soy Yo, en cada momento

No hay comentarios:

Publicar un comentario