miércoles, 11 de febrero de 2015

Hoy me he sentido plena y feliz porque sí.

Me encanta cuando eso pasa. Y últimamente con tanto trabajo, tanto proyecto y tanto no parar, no me he acordado de gozarme. Sí que me he acordado de quejarme y de agobiarme...

Pero hoy he vuelto a mí, y me he pillado desprevenida.

Esta mañana voy en el ferrocarril, sentada tranquilamente mirando por la ventana, y así de repente me doy cuenta de que estoy muy contenta. Feliz. Y no es esa felicidad de cuando me dan una buena noticia, o de cuando mi pareja me prepara una buena cena. No es como cuando encuentro un billete de 10 euros en una chaqueta del año pasado, ni como cuando mañana es fiesta, ni como cuando gano una partida de billar...

He notado esa sensación que nace del estómago... desde un vacío, en el que se va generando un "Algo", y lo siento como un calor que se expande y que va subiendo hacia el pecho... una plenitud física y energética.

Y me ha venido la imagen de una inmensa sonrisa en mi barriga. Una sonriente agustera general. He entendido la imagen del Buda barrigón y contento. Y todo eso sin drogas. 

Sin motivos pensados con la cocotera. ESTOY BIEN y ya está. Sin juzgar en qué momento está mi vida, de si las cosas van bien, mal, o si podrían ir mejor...bla bla bla. Solo un sentir. Un gran sentir. Desde las vísceras.

Y he tenido ganas de sacar mi libretilla y ponerme a describirlo. Pero en el ferrocarril me mareo escribiendo y no quería darle la vuelta a la sensación y acabar echándola... 

Así que cuando he llegado a casa lo he plasmado en este dibujo.






La barriga sonriente.


Es importante darle forma a las buenas sensaciones. Para alimentarlas, echando leña a la llama interior, la del Corazón, la que realmente importa. La que nos hace Únicos y Vivos.

Plasma tus buenos momentos (y no solo en facebook...).


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