Me voy a pasear.
En 10 minutos, ya me voy, solo una
última parrafada antes de apagar el portátil y que me salten los
plomos.
Me voy a pasear porque ya estoy
atrapada en el bucle paulatino de mi frustración. Porque lo escribo
y lo borro y lo cambio y lo releo todo sin parar. Porque lo leo desde
todas las perspectivas posibles para buscarme la vuelta a mí misma.
Y porque eso no puede ser.
Cuando me pillo así es que algo está
fallando. Lo que me gusta de escribir es el poder sacar trocitos de
mi misma y ponerlos en palabras. Me fascina esa posibilidad. Y además
poder compartirlo tan fácilmente a través de internet, es como dice
mi suegra, "¡meravellós!".
Cuando escribo lo que sale, le doy al
"Publicar", y me quedo tan ancha, ésa es la sensación que
me llena, ésa es la Nadia on fire que disfruta de su hobby de
teclear posesa dictada por sí misma.
Pero a la que empiezo a darle demasiada
bola a mi bola, acabo empecinándome en explicarme tan bien en lo que
escribo que las personas que lo lean entiendan exactamente la
interpretación que yo quiero darle. Y eso es imposible.
Porque por muy bien que consiga expresar algo, cada uno lo va a
interpretar como quiera/pueda, y lo verá del color del cristal de
las gafas que lleve puestas.
Así que una vez pasada la línea de la
corrección básica y principal, he de ser tan astuta de pasar a otro
asunto y no quedarme atrapada.
Y eso para todo.
Me voy a pasear.
10.02.15
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