Hoy
me he sentido plena y feliz porque sí.
Me
encanta cuando eso pasa. Y últimamente con tanto trabajo, tanto
proyecto y tanto no parar, no me he acordado de gozarme. Sí que me
he acordado de quejarme y de agobiarme...
Pero
hoy he vuelto a mí, y me he pillado desprevenida.
Esta
mañana voy en el ferrocarril, sentada tranquilamente mirando por la
ventana, y así de repente me doy cuenta de que estoy muy contenta.
Feliz. Y no es esa felicidad de cuando me dan una buena noticia, o de
cuando mi pareja me prepara una buena cena. No es como cuando
encuentro un billete de 10 euros en una chaqueta del año pasado, ni
como cuando mañana es fiesta, ni como cuando gano una partida de
billar...
He
notado esa sensación que nace del estómago... desde un vacío,
en el que se va generando un "Algo", y lo siento como un
calor que se expande y que va subiendo hacia el pecho... una
plenitud física y energética.
Y
me ha venido la imagen de una inmensa sonrisa en mi barriga. Una
sonriente agustera general. He entendido la imagen del Buda barrigón
y contento. Y todo eso sin drogas.
Sin
motivos pensados con la cocotera.
ESTOY BIEN y ya está. Sin juzgar en qué momento está mi
vida, de si las cosas van bien, mal, o si podrían ir
mejor...bla bla bla. Solo un sentir. Un gran sentir. Desde las
vísceras.
Y
he tenido ganas de sacar mi libretilla y ponerme a describirlo. Pero
en el ferrocarril me mareo escribiendo y no quería darle la vuelta a
la sensación y acabar echándola...
Así
que cuando he llegado a casa lo he plasmado en este dibujo.
La
barriga sonriente.
Es
importante darle forma a las buenas sensaciones. Para alimentarlas,
echando leña a la llama interior, la del Corazón, la que realmente
importa. La que nos hace Únicos y Vivos.
Plasma
tus buenos momentos (y no solo en facebook...).
Crea!
Recréate!