14.06.2016
Hace tanto que no escribo... El verano
me amodorra, me acomodo como puedo al calor, estirada en el sofá con
el ventilador a lo lejos y mi bebé en su hamaquita mirándome; el
poco rato que dure este momento estará bien; es bien.
La quietud física de estos días me
causa agitación mental, cómo no, y no paro de pensar. Sucesión de
pensamientos con interferencias. Me pregunto por qué en verano la
gente está tan de mala leche.
El otro día en la playa todas las
toallas de mi alrededor estaban ocupadas por gente que se quejaba: unos porque habían quedado con el resto de la familia, la cual
llegaba tarde, y éstos se preocupaban porque no podían guardarles
bien el sitio y de paso le daban un repaso a todas las veces que les
habían dejado tirados.
Otra pareja mayor maldecía porque habían
llegado a las ocho de la mañana para ponerse en primera fila y ahora
unos que acababan de llegar se habían plantado delante de ellos. Una
pareja joven con dos niños pequeños discutía faltándose al
respeto... (Y no es que yo sea muy pipona y tuviera la antena puesta,
es que todas las quejas estaban al volumen suficiente para que todos
los vecinos estuviéramos al tanto...)
¿Es el tiempo libre, al que
parece que no estamos acostumbrados, el que despierta esta actitud?
¿es que no sabemos vivir?¿disfrutar en paz?
Pasa otro pensamiento por mi cabeza, y
es que esa misma noche fuimos unos cuantos a tomar algo a un bar y
acabamos enzarzados con el jefe del establecimiento, decidiendo no
volver. Esto se podía haber evitado, no hacía falta discutir sobre
lo que se discutió, y como se discutió, en serio... Pero la
cuestión es que me fui a dormir con mal cuerpo después de haber
estado pasándolo bien tranquilamente en la terraza de un bar.
¿Es
que la gente no sabe canalizar su ira? ¿Necesitamos crear
situaciones violentas para poder sacarlo todo fuera?
Conductores, aficionados, forofos, os
oigo desde mi ventana gritar, silbar, tocar el claxon, tirar
petardos... Ruido, ruido, ruido... que molesta a mi bebé (y a mí). Solo quiero
estar tranquila, pero me llega vuestra ira, disfrazada de muchas
cosas sí, pero es ira al fin y al cabo.
El Yang a tope y alimentándose de
Yang.
Cada uno hace lo que puede, yo necesito
escupir todo esto en palabras escritas, para vaciar mi mente y dejar
sitio libre, que si no acaba una explotando y haciendo ruido también.