Busco la diferencia,
entre mí misma y una flor
ambas vibramos de felicidad
cuando nos llenan los rayos de sol
Nuestro cuerpo se ilumina
nuestra alma se despierta
y felices por un instante quedamos,
compartiendo la vida con el universo.
Hasta que la sombra nos apaga
nuestro caparazón se marchita
nuestra alma se evapora
y ya no somos nada.
Tantas veces revivimos
antes de morir del todo
que crece una esperanza
de tiempo dentro de nosotros
y ahí está la diferencia
solo la mente la buscaba
la flor sabe que es eterna
y no le importa dejar su cuerpo,
alimentar a la tierra que ama.
